10.09.2005

DOS ARBOLES

Mensaje: Génesis c.2, v.9 y vss.16-17.

Y Jehová hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de la vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal”.

Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”.

(Traducción Reina-Valera, edición 1960).

En este breve ensayo bíblico se analizará el motivo de la clausula de muerte sobre el segundo árbol, la figura teológica de ambos árboles y el paralelo de la posición de Adán con el hombre moderno.

FIGURAS TEOLÓGICAS.

La figura del árbol de la vida aparece por primera vez en el relato de Ge c.2, v.9. Luego, vuelve a aparecer en Pr c.3, v.18 haciendo alusión a sabiduría y la inteligencia (v.13). Aparece nuevamente en Pr c.11, v.30, equiparándolo con los frutos del justo. Pero haciendo alusión a la misma figura en el huerto del Edén, aparece nuevamente en Ap c.2, vs.7, Ap c.22, v.2 y v.14.

Se puede observar, a la luz de los cuatro Evangelios, que en muchas ocasiones, Jesús mismo hizo autoreferencias de que Él era (y es) la Vida: Mt c.7, v.14; Jn c.1, v.4; Jn c.6, v.35; Jn c.8, v.12; Jn c.11, v.25. Por tal motivo, la deducción más evidente es que el árbol de vida es una referencia clara de Jesús.

Para entender la clausula de muerte sobre el segundo árbol, hay que entender la figura teológica del “huerto” y de las 2 tareas principales asignadas a Adán.

De acuerdo con Ge c.2, v.15, Dios puso al hombre en el huerto del Edén para que lo labrara y lo guardase. Parece casi ridículo asignar al hombre la extraña tarea de guardar el huerto………¡¡PUES NO HABIA NADIE MAS!!. ¿De qué lo tendría que guardar?. Sin embargo, considere los siguientes pasajes:

Pr c.4, v.23: “sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”.

Mt c.15, vss.18-20: “pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre…”.

1 Co c.15, v.21: “porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos”.

Si usted observa, aunque mi fe es que efectivamente Adán habitaba en un lugar físico, la referencia al “huerto del Edén” es con el corazón de Adán. Note el pasaje de Corintios, que dice que la muerte entró por un hombre. Aunque la presencia del diablo es notoria en el capítulo 3 de Génesis, la muerte no entró al huerto del Edén por el diablo, sino por Adán. Fue Adán quien permitió ser tentado, fue Adán quien dejó a la mujer sola, sin cobertura contra la tentación, fue a Adán quien se le asignó la terrible tarea de no dejar entrar la muerte (clausula sobre el segundo árbol) en el huerto. Jesús dice en Ap c.3, v.20 que Él está a la puerta y llama; si alguno le deja entrar, Jesús cenará con él. Así mismo, si alguno deja entrar otro espíritu en el corazón, la cosecha será sólo una: muerte. Fue lo que Adán hizo. Contaminó su corazón. Adán tenía que guardar el huerto (su corazón) de él mismo.

También se dice que el corazón del hombre es como una labranza: todo lo que siembre en él, eso cosechará. La segunda tarea de Adán era labrar el huerto, pero nuevamente parece una tarea ridícula, porque Dios estaba labrando el huerto antes de que el hombre apareciese (Ge c.2, vss.5-6). Así que nuevamente aparece la equivalencia huerto-corazón. ¿Por qué Adán tenía que labrar el huerto?, para obtener frutos. ¿Qué frutos?, los del Espíritu, porque los frutos físicos (manzanas, peras, etc) se daban ya de manera natural. ¿Cuáles son los frutos del Espíritu?, Ga c.5, vss.22-23: amor, gozo, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Cabe hacer notar que los últimos 7 frutos del Espíritu son sólo manifestaciones del primero: amor, y el amor es Jesús. Entonces:

Adán tenía que sembrar a Jesús en su corazón (huerto), comiendo del Árbol de la Vida, para poder cosechar vida eterna.
Adán tenía que guardar su propio corazón (huerto) de no dejar entrar nada que pudiera contaminar su vida espiritual.

Y acá surge una pregunta: ¿Qué podría contaminar al hombre tal que pudiera matarlo?. Dios promulgó sentencia de muerte sobre la vida de Adán si comía del árbol de la ciencia del bien y del mal. ¿Porqué?, ¿qué significa esta figura teológica del segundo árbol?.

Para responder claramente esta pregunta, considere los siguientes pasajes:

Ro c.5, vss.12-13: “por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. Pues antes de la Ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado”.
Ro c.7, v.5: “porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte”.
Ro c.7, vss.7-9: “¿qué diremos, pues? ¿la ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijiera: No codiciarás. Más es pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto. Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí”.
1 Co c.15, v.56: “ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley”.

En toda la Escritura se nos enseña que lo único que puede matar al hombre (separarlo de Dios) no es el diablo, sino el pecado, el cual actúa como una cima, una montaña, de manera que los que quieren acercarse a Cristo no pueden, y la santidad de Dios no puede acercarse al hombre pasando por el pecado (parábola del rico y el mendigo, Lc c.16, vss.19-31 – énfasis personal). Sólo por la fe podremos decirle a ese monte desarraigate y plántate en el mar. Tal como lo relatan las referencias anteriores, el pecado surge de la ley, más específicamente, como una transgresión a la ley de Dios.

Usted me dirá: oiga, pero Adán no concía la Ley (moisés), además fue hecho sin pecado, ¿qué ley podría entonces transgredir?. La respuesta es clara; la ley que había sobre Adán era:

“Y MANDÓ Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y del mal NO COMERÁS; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”.

Adán desobedeció y murió espiritualmente, por lo que el pecado de Adán fue la desobediencia a la única ley que él tenía hasta ese momento: NO COMERÁS. Y como dice Ro c.5, v.19: “porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos”.

Pero el pecado original de Adán (desobediencia) produjo en Adán una acción natural: comió del árbol de la ciencia del bien y del mal. ¿Qué tiene de malo este árbol?.

En muchas ocaciones, el concepto de la LEY se representa por medio de la figura de una espada, de una espada que divide lo bueno de lo malo, lo justo de lo injusto, lo pecaminoso de lo santo, etc. Tal como dice el Espíritu por Pablo en el libro de Romanos, nosotros no podríamos conocer lo bueno y lo malo sino por medio de la ley. La ley dice “eso es malo, no lo hagas” o “eso es bueno y será de bendición”. Pero el suceso de Adán fue más profundo.

Usted probablemente conoce el sol a través de los libros, igual cosa ocurre con el sistema solar, la historia pasada, etc. Pero todo eso es sólo conocimiento teórico. Usted realmente nunca ha estado ahí.

Examinando la tentación de Eva por el diablo, podemos notar que:

El diablo le prometió que NO MORIRÍA si ella comía del segundo árbol.

El diablo le prometió que serían abiertos sus ojos y que sería como Dios, SABIENDO el bien y el mal.

Interesante es el hecho de que el primer descubrimiento de Adán después de comer del árbol era que estaba desnudo, luego culpó a Dios por la compañera que le había dado y finalmente aborreció a su propia esposa. ¿Por qué hizo eso?.

Usted debe entender esto: la misma ley de NO COMERAS es también una declaración divina revelando la capacidad de Adán de PODER COMER y, en cierto sentido, es también una revelación de la voluntad de Adán sobre la posibilidad de querer hacerlo en algún momento. Si yo le digo a mi hijo: “no metas los dedos al enchufe, porque el día qe lo hagas morirás”, es porque estoy conciente de que: (1) mi hijo TIENE la capacidad física de hacerlo y (2) podría LLEGAR A TENER las ganas de hacerlo. El segundo punto es también una manifestación de que, de manera innata, mi hijo tiene la inclinación a hacer cosas riesgosas, sabiéndolo o no, y por lo tanto, le dicto una orden para proteger su vida.

Cuando Adán comió del segundo árbol, murió. La palabra muerte se entiende como separación, no como cesación. Adán se separó de Dios, la vid verdadera. Esto que comento viene del pasaje donde Jesús dice “…porque separados de mi nada podreis hacer…” Jn c.15, vs.5. Acá, la frase “nada podreis hacer” significa que separados de Dios (muertos espiritualmente) no podemos hacer la voluntad de Dios, cumplir sus demandas, vivir como Él nos pide que vivamos, etc, por lo tanto la degradación espiritual es inmediata (revisar la parábola del hijo pródigo y como éste termina una vez que se separa de su padre– Lc c.15, vss.11-32)

La degradación espiritual claramente incluye la permutación de un hombre de verdad (o que vive en la verdad) en un hombre habituado a las mentiras. Fíjese en Ge c.3, vss. 8-10. Cuando Dios le pregunta a Adán que dónde estaba él, Adán le responde que estaba escondido por que tenía miedo. Sin embargo, la actitud de un hombre de pecado, muerto espiritualmente, nunca es huir de Dios por miedo. Fíjese en Jn c.3, vss.19-20. La realidad es que el hombre de pecado huye de Dios porque lo aborrece, porque lo odia. Así que Adán estaba mintiéndole a Dios en el huerto.

¿Porqué adán aborrecía a Dios, si Dios nunca le hizo nada malo?. Para responder esta pregunta, considere St c.4, vs.4. La palabra “amistad” en el contexto de este pasaje no es de una simple empatía con el mundo, ni tampoco a una relación superficial con el mundo. La raíz de la palabra “amistad”, en este contexto, proviene de una palabra que representa una relación de pareja, de esposo/esposa, de vínculo matrimonial y de relación de intimidad. Es por eso que Jesús dice que su pueblo está en el mundo, pero no son del mundo, i.e., no existe ningún tipo de relación espiritual de intimidad con el mundo.

Con todo esto en mente, usted puede ver que cuando Adán comió del segundo árbol, se constituyó en esposo de las tinieblas, aborreció a Dios y a su creación y se murió. Adán no conoció el pecado a nivel teórico, técnicamente tuvo una relación de intimidad con él. Había fornicado con las tinieblas y ellas ahora eran su nuevo dios. A Dios no le quedó otra que actuar en conformidad con su santidad y hacer lo que Él había prometido hacer (porque no es hombre para que mienta): “…porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”. Así que Adán, conforme a 1 Co c.15, v.56, probó el poder del aguijón de la muerte: la ley.

Es por eso que la obra redentora de Jesús es liberarnos de la maldición de la ley, del yugo de la ley, y llevarnos a vivir bajo la ley de Jesús, que es su gracia. Con eso en mente, se puede entender mejor la oferta del Espíritu por Pablo, cuando sentencia que, o vivimos bajo la ley para perdición o vivimos bajo la gracia para vida eterna.

Justamente esa era la misma disyuntiva de Adán en el huerto: o comía del Árbol de la Vida (Jesús) para vida eterna o comía del árbol de la ley para perdición. O estaba bajo la gracia o bajo la ley. Jesús sentencia que no se puede servir a 2 señores: o se amará a uno y se aborrecerá al otro o viceversa. Usted ya sabe como terminó la historia.

Querido reader, espero que este breve ensayo haya sido de bendición para su vida. Si estas palabras le han revelado que usted está hoy viviendo bajo la ley, apúrese y rinda su vida a Jesús, pues no hay otro camino para llegar a Dios.

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