ACERCA DE LA LLAMADA “REGLA DE ORO”: EL DIOS DE LA
BIBLIA ES UN DIOS LEGAL.
Jesús, en su sabiduría infinita, resume toda la ley
y los juicios bajo 2 leyes (Mt 22:36-40):
“Maestro,
¿cuál es el gran mandamiento en la ley?
Jesús le dijo: Amarás al
Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
Este es el primero y
grande mandamiento.
Y el segundo es
semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
De estos dos
mandamientos depende toda la ley y los profetas”
Esto quiere decir que todas las leyes particulares
(leyes para la guerra, leyes para los esclavos, leyes para las ofrendas, etc) DEBEN ser armónicas con esta Ley General.
De lo contrario, el propio Jesús las califica como mandamientos de hombre (“Pues
en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres”, Mt
15:9) o doctrina de demonios (“Pero el Espíritu dice claramente que en los
postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus
engañadores y a doctrinas de demonio”, 1 Tim 4:1). Y son así porque no son
armónicas con la Biblia (contradicen la Ley General).
SOBRE EL MODELO ORIGINAL.
Considerando el libro de Génesis, css. 1 y 2, vemos
que Dios suministra 2 tipos de recursos: (1) el espiritual, en la figura del
Árbol de la Vida, es decir, Jesucristo, y (2) recursos materiales, como alimento,
abrigo, espacio físico, etc. Considere la siguiente imagen:
Si en ese esquema hubiese aparecido otro ser
humano, se le hubiera garantizado el mismo perfil de recursos, el espiritual y
el material. Considere la siguiente imagen:
Con esto en mente, ¿cuál es el principio que
debemos rescatar para nuestros días?. Que a la familia de la fe, a los
creyentes hijos del Señor, se les debe
garantizar el mismo perfil de recursos; no sólo lo espiritual (“No
digas a tu prójimo: Anda, y vuelve, Y mañana te daré, Cuando tienes contigo qué
darle”, Pr 3:28) o no sólo lo material (“Escrito está: No sólo de pan
vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”, Mt
4:4), sino ambos.
DEFORMACIÓN DEL MODELO ORIGINAL PRODUCTO DE LA
CAÍDA DE ADÁN Y EVA.
En Génesis c.3 se presenta la caída de Adán y Eva y
las consecuencias de ello. Lo fundamental (y terrible) es que se elimina el
suministro del recurso espiritual (“Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es
como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su
mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre”, Ge
3:22), por lo que el hombre muere espiritualmente. Sin embargo, es interesante
notar que el recurso material seguía garantizado, seguía abundante, aunque
afectado por el pecado.
DEFORMACIÓN DEL MODELO ORIGINAL PRODUCTO DEL PECADO
DE CAÍN.
En Génesis c.4 se presenta el pecado de Caín. Una
consecuencia clave de dicho pecado fue la aparición de una notable ineficiencia
de los recursos materiales (“Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su
fuerza”, Ge 4:12). El recurso material deja de ser virtualmente infinito y
la depredación humana (como expresión del egoísmo) comienza a hacerse notar.
A partir de los pecados de Adán, Eva y Caín
comienza a aparecer un fenómeno nuevo para esos tiempos: la aparición de
enfermos, ancianos, huérfanos, viudas y extranjeros (población vulnerable). A
dicha población le sucedía algo fatal: no podían valerse por sí mismos; no
podían labrar la tierra, no podían defenderse por sí mismos en una guerra,
incluso a veces no podían siquiera desplazarse de un lugar a otro. Y este nuevo
fenómeno sucedía igual para todos, ya sea en el pueblo de Israel como en los
pueblos paganos. Eso se establece en el siguiente pasaje (“Todo acontece de
la misma manera a todos; un mismo suceso ocurre al justo y al impío; al bueno,
al limpio y al no limpio; al que sacrifica, y al que no sacrifica; como al
bueno, así al que peca; al que jura, como al que teme el juramento”, Ec
9:2).
¿Cómo resuelve Dios la provisión de recursos
espirituales y materiales para este nuevo grupo de personas, al mismo tiempo
que es armónico con la Ley General?.
LA LEY DE LA SOBREABUNANCIA.
Considere la siguiente figura:
Si se da cuenta, el hermano A sembraba y cosechaba
X, lo que suplía sus necesidades. A los hermanos B y C le sucedía lo mismo. Sin
embargo, debido a la ineficiencia de la tierra (pecado de Caín), se hacía escaso
el recurso material X, Y y Z, por lo que sucedía una crisis: no habían más
recursos materiales para la población vulnerable.
Consciente de la Ley del Pastor (“Jehová es mi
pastor; nada me faltará”, Sal 23:1) y consciente que esta población
vulnerable no puede autoabastecerse debido a que físicamente no puede producir
recursos materiales, Dios introduce un milagro: A, B y C cosecharán más de lo
que sembraron. Fue lo que sucedió en el milagro de la multiplicación (Mateo
14:13-21, link) y lo que es establecido como ley en este pasaje
(“Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos”,
Ef 3:20). El ejercicio ahora para A, B y C era detectar que con X, Y y Z
suplían sobradamente sus necesidades, por lo que la cosecha extra (a, b, y, c;
siguiente figura) no era para ellos.
LEYES QUE INDICAN QUE NO TODO LO QUE TENGO ES MÍO.
Levítico 19:9-10
“Cuando
siegues la mies de tu tierra, no segarás hasta el último rincón de ella, ni
espigarás tu tierra segada.
Y no rebuscarás tu viña,
ni recogerás el fruto caído de tu viña; para
el pobre y para el extranjero lo dejarás. Yo Jehová vuestro Dios”
Deuteronomio 24:17-22
"No
torcerás el derecho del extranjero ni del huérfano, ni tomarás en prenda la
ropa de la viuda,
sino que te acordarás
que fuiste siervo en Egipto, y que de allí te rescató Jehová tu Dios; por
tanto, yo te mando que hagas esto.
Cuando siegues tu mies
en tu campo, y olvides alguna gavilla en el campo, no volverás para recogerla; será para el extranjero, para el
huérfano y para la viuda; para que te bendiga Jehová tu Dios en toda
obra de tus manos.
Cuando sacudas tus olivos,
no recorrerás las ramas que hayas dejado tras de ti; serán para el extranjero, para el huérfano y para la viuda.
Cuando vendimies tu
viña, no rebuscarás tras de ti; será
para el extranjero, para el huérfano y para la viuda.
Y acuérdate que fuiste
siervo en tierra de Egipto; por tanto, yo te mando que hagas esto"
Estos pasajes establecen 2 cosas: (1) que a pesar de
que alguien podría haber sembrado toda la tierra, y con ello tener un virtual
derecho exclusivo sobre toda la siega, (2) se introduce un derecho legal para
la población vulnerable sobre parte de esa siega, que asegura su mantención
material gratuita.
LEYES QUE PROHIBEN ACUMULAR MÁS ALLÁ DE LA
NECESIDAD PROPIA.
Deuteronomio 17:16-20
“Pero él no
aumentará para sí caballos, ni hará volver al pueblo a Egipto con el fin de
aumentar caballos; porque Jehová os ha dicho: No volváis nunca por este camino.
Ni tomará para sí muchas
mujeres, para que su corazón no se desvíe; ni plata ni oro amontonará para sí
en abundancia”
Acá la ley anticipa y regula una situación de
codicia y avaricia y resalta el hecho de que las posesiones materiales están
para satisfacer las necesidades materiales.
Lucas 12:126-21
“También
les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había
producido mucho.
Y él
pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis
frutos?
Y dijo:
Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré
todos mis frutos y mis bienes;
y diré a
mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come,
bebe, regocíjate.
Pero Dios
le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de
quién será?
Así es el
que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios”
Acá la frase “no es rico para con Dios” parece
contradictoria, en el sentido de que Dios es dueño de todo. Jesús lo pone en
contexto, haciéndonos entender que “rico para con Él” equivale a atender las
necesidades de los más desvalidos: “Entonces
los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te
sustentamos, o sediento, y te dimos de beber?, ¿Y cuándo te vimos forastero, y
te recogimos, o desnudo, y te cubrimos?, ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la
cárcel, y vinimos a ti?. Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis
hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mt 25:37-40)
Éxodo 16:16-21
“Esto es lo que Jehová ha mandado: Recoged de
él cada uno según lo que pudiere comer; un gomer por cabeza, conforme al número
de vuestras personas, tomaréis cada uno para los que están en su tienda.
Y los hijos de Israel lo hicieron así; y recogieron
unos más, otros menos;
y lo medían por gomer, y no sobró al que había
recogido mucho, ni faltó al que había recogido poco; cada uno recogió conforme
a lo que había de comer.
Y les dijo Moisés: Ninguno deje nada de ello para
mañana”
Acá el principio legal es que la provisión
de Dios está destinada a cubrir la medida de nuestra necesidad (“cada uno recogió conforme a lo que había de
comer”), por lo que tomar más
allá de eso no resuelve nada y sólo se pudría (“Mas
ellos no obedecieron a Moisés, sino que algunos dejaron de ello para otro día,
y crió gusanos, y hedió”, v.20)
Con lo anterior, A, B y C (figuras anteriores) estaban
obligados por ley a redistribuir esta riqueza adicional.
Sí, ¿pero qué esquema bíblico se usará para
redistribuir esta riqueza?.
ESQUEMA BÍBLICO PARA LA REDISTRIBUCIÓN DE RECURSOS
MATERIALES PARA LA POBLACIÓN VULNERABLE.
El siguiente pasaje nos indica claramente el
principio que debe operar al momento de redistribuir la riqueza entre los
hermanos.
Deuteronomio 26 (acerca de primicias y diezmos)
"Cuando hayas
entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da por herencia, y tomes posesión de
ella y la habites,
entonces tomarás de las
primicias de todos los frutos que sacares de la tierra que Jehová tu Dios te
da, y las pondrás en una canasta, e irás al lugar que Jehová tu Dios escogiere
para hacer habitar allí su nombre.
Y te presentarás al
sacerdote que hubiere en aquellos días, y le dirás: Declaro hoy a Jehová tu
Dios, que he entrado en la tierra que juró Jehová a nuestros padres que nos
daría.
Y el sacerdote tomará la
canasta de tu mano, y la pondrá delante del altar de Jehová tu Dios.
Entonces hablarás y
dirás delante de Jehová tu Dios: Un arameo a punto de perecer fue mi padre, el
cual descendió a Egipto y habitó allí con pocos hombres, y allí creció y llegó
a ser una nación grande, fuerte y numerosa;
y los egipcios nos
maltrataron y nos afligieron, y pusieron sobre nosotros dura servidumbre.
Y clamamos a Jehová el
Dios de nuestros padres; y Jehová oyó nuestra voz, y vio nuestra aflicción,
nuestro trabajo y nuestra opresión;
y Jehová nos sacó de
Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, con grande espanto, y con señales
y con milagros;
y nos trajo a este
lugar, y nos dio esta tierra, tierra que fluye leche y miel.
Y ahora, he aquí he
traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Jehová. Y lo
dejarás delante de Jehová tu Dios, y adorarás delante de Jehová tu Dios.
Y te alegrarás en todo
el bien que Jehová tu Dios te haya dado a ti y a tu casa, así tú como el levita
y el extranjero que está en medio de ti.
Cuando acabes de diezmar
todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás
también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda; y comerán en tus
aldeas, y se saciarán.
Y dirás delante de
Jehová tu Dios: He sacado lo consagrado de mi casa, y también lo he dado al
levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, conforme a todo lo que me has
mandado; no he transgredido tus mandamientos, ni me he olvidado de ellos.
No he comido de ello en
mi luto, ni he gastado de ello estando yo inmundo, ni de ello he ofrecido a los
muertos; he obedecido a la voz de Jehová mi Dios, he hecho conforme a todo lo
que me has mandado.
Mira desde tu morada
santa, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel, y a la tierra que nos has
dado, como juraste a nuestros padres, tierra que fluye leche y miel.
Jehová tu Dios te manda
hoy que cumplas estos estatutos y decretos; cuida, pues, de ponerlos por obra
con todo tu corazón y con toda tu alma.
Has declarado
solemnemente hoy que Jehová es tu Dios, y que andarás en sus caminos, y
guardarás sus estatutos, sus mandamientos y sus decretos, y que escucharás su
voz.
Y Jehová ha declarado
hoy que tú eres pueblo suyo, de su exclusiva posesión, como te lo ha prometido,
para que guardes todos sus mandamientos;
a fin de exaltarte sobre
todas las naciones que hizo, para loor y fama y gloria, y para que seas un
pueblo santo a Jehová tu Dios, como él ha dicho"
El pasaje muestra una parte de la población que
pertenecía a la población no vulnerable (sector productivo si se quiere, vss.1
y 2), los cuales, obligados por ley a hacer partícipe de sus ganancias a los
más vulnerables, canalizaban estos recursos a través de la capa sacerdotal
(v.3). Bajo ese esquema, el sacerdote
actuaba como receptor y administrador de esta gracia, participando
también de ella (consumo propio), y haciendo participar también a la población
más vulnerable (v.12): “Cuando acabes de
diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo,
darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda; y comerán en
tus aldeas, y se saciarán”.
Este es el principio bíblico del diezmo: fue creado
tanto para corregir el defecto material del pecado, garantizando cobertura
material a todos, y para hacer cumplir la ley espiritual acerca del amor al
prójimo. Ejercido de esta manera, el
diezmo es armónico con la Ley General (“regla de oro”), y por ende es
armónico con el modelo establecido por Dios en Génesis. La provisión espiritual
para los más vulnerables estaba garantizada por Ley por el ejercicio sacerdotal
(“Porque los labios del sacerdote han de
guardar la sabiduría, y de su boca el pueblo buscará la ley; porque mensajero
es de Jehová de los ejércitos”, Mal 2:7).
CRÍTICA AL USO Y ABUSO DEL PASAJE DE MALAQUÍAS c.3
COMO PRETEXTO PARA ESTABLECER EL DIEZMO COMO SUSTENTO MATERIAL EXCLUSIVO PARA
PASTORES O LÍDERES ESPIRITUALES.
Este es el pasaje en controversia:
“Porque yo
Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.
Desde los días de
vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos
a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis:
¿En qué hemos de volvernos?
¿Robará el hombre a
Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En
vuestros diezmos y ofrendas.
Malditos sois con
maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.
Traed todos los diezmos
al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de
los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre
vosotros bendición hasta que sobreabunde.
Reprenderé también por
vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid
en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.
Y todas las naciones os
dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los
ejércitos” (Mal 3:6-12)
Este pasaje ha de entenderse en el contexto de todo
lo que se ha presentado anteriormente. El v.10 (“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa”) es
particularmente vinculante con Deuteronomio 26:12 (“darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda; y
comerán en tus aldeas, y se saciarán”). En ese contexto, el reproche de parte
de Dios tiene las siguientes bases:
-
Se había desamparado a la población vulnerable: “Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los
hechiceros y adúlteros, contra los que juran mentira, y los que defraudan en su
salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, y los que hacen injusticia al
extranjero, no teniendo temor de mí, dice Jehová de los ejércitos” (Mal
3:5).
-
La capa sacerdotal no estaba ejerciendo apropiadamente su oficio
ministerial, tanto el espiritual como el material, en particular acerca de la
redistribución de la riqueza: “Mas vosotros
os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis
corrompido el pacto de Leví, dice Jehová de los ejércitos” (Mal 2:8), “Habéis hecho cansar a Jehová con vuestras
palabras. Y decís: ¿En qué le hemos cansado? En que decís: Cualquiera que hace
mal agrada a Jehová, y en los tales se complace; o si no, ¿dónde está el Dios
de justicia?” (Mal 2:17)
Además de esto, Malaquías c.3 tiene un interesante
paralelo con Isaías c.58. Por favor revise la siguiente comparación:
MALAQUÍAS
|
ISAÍAS
|
||||
CAPÍTULO
|
VERSÍCULOS
|
CONTENIDO
|
CAPÍTULO
|
VERSÍCULOS
|
CONTENIDO
|
3
|
1 -->
5
|
Preparación de un instrumento de reforma, por cuanto se había
violado la ley
|
58
|
1 -->
2
|
Preparación de un instrumento de reforma, por cuanto se había
violado la ley
|
3
|
6 -->
9
|
Identificación de la desprovisión de la población vulnerable
|
58
|
6 -->
7
|
Acción correctora de provisión para los más vulnerables
|
3
|
10 -->
12
|
Bendiciones si se corrige la situación denunciada
|
58
|
8 -->
12
|
Bendiciones si se corrige la situación denunciada
|
Como podrá
ver, el énfasis de Malaquías no es “diezmo para los pastores”, sino “recolección
de diezmos, ofrendas y primicias para el sustento material de la población
vulnerable”. Esta recolección si
es armónica con el pasaje de Deuteronomio c.26, en el entendido de que
Dios estableció un administrador (el cuerpo sacerdotal, mismos que son miembros
de la propia población vulnerable), y estos administradores redistribuyen
(administran) lo recolectado de modo apropiado según las necesidades de cada
miembro de la población vulnerable, tal como lo recordamos del pasaje de Éxodo (“y recogieron unos más,
otros menos; y lo medían por gomer, y no sobró al que había recogido mucho, ni
faltó al que había recogido poco; cada uno recogió conforme a lo que había de
comer”, Ex 16:17-18).
LEYES QUE ESTABLECEN PRIORIDADES AL MOMENTO DE
DISTRIBUIR LA RIQUEZA PROPIA.
Ley general de distribución: “porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su
casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo” (1 Timoteo 5:8).
Acá el principio, en clave de advertencia, establece
que el que produce debe cubrir las necesidades de su círculo familiar más
cercano. Esto es particularmente claro para los esposos (“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y
se entregó a sí mismo por ella”, Efesios 5:25) y para los hijos, en
especial aquellos cuyos padres no pueden valerse por sí mismos (“Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová
tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya
bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da”, Deuteronomio 5:16).
En ese contexto, por ejemplo el sustento material
de los pastores ancianos debe estar garantizado, no por la membresía que
administran, sino por su familia inmediata, principalmente sus hijos.
Así, la distribución de riquezas tiene prioridades:
-
Para el que produce, primeramente su familia inmediata y posteriormente
la familia de la fe, esto es, población vulnerable a través del sistema bíblico
de re-distribución de la riqueza (Dt 26).
CONCLUSIONES Y COMENTARIOS.
Como se puede desprender de este documento, lo
original en cuanto a la recolección, distribución y consumo de diezmos,
ofrendas y primicias, tiene que ver con corregir el daño producido por el
pecado, en 2 líneas generales: (1) aparición de población vulnerable y (2)
escases de recursos materiales (ineficiencia de la tierra – depravación
humana). Nada tiene que ver con “sueldo exclusivo de pastores o líderes
espirituales”.
La Palabra de Dios otorga un derecho legal a la
población vulnerable que garantiza su sustento material. En ese sentido, no
atenderlos es técnicamente calificado como robar (Malaquías c.3), pues
se estaría consumiendo algo que es de otro. Para lograr esto, Dios, de un modo
totalmente milagroso y como parte de su gracia, distribuye en la población
no-vulnerable un excedente de recursos (más allá de su necesidad propia), los
cuales deben canalizar para su re-distribución a la población vulnerable.
Cuando eso sucede es que Jesús dice lo siguiente: “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis
hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”, Mt 25:40, y es recibido por Dios
como una ofrenda y un sacrificio agradable.
CRÍTICA AL MODELO UNIPASTORAL: LOS PASTORES NO SON
UNA VERSIÓN MODERNA DE LOS LEVITAS.
Los levitas eran una parte del pueblo de Israel que
ministraba en el templo a favor del pueblo, bajo dos líneas generales: (1)
ministraban lo espiritual (sacrificios de expiación, recibían y transmitían la
ley, etc), y (2) lo material, por ejemplo la administración y atención de la
población vulnerable.
Debido a su particular servicio, Dios les suprimió
un derecho legal de heredar la tierra (“Y
Jehová dijo a Aarón: De la tierra de ellos no tendrás heredad, ni entre ellos
tendrás parte. Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel”,
Nm 18:20) y se estableció además que la población no-vulnerable debía
mantenerlos materialmente, a la par del el resto de la población vulnerable. Si
un pastor o líder moderno quiere arrojarse este “derecho levita”, entonces
debiera también reclamar todo el derecho levita, renunciando íntegramente
también a la herencia de la tierra. Lo que vemos hoy en día es que hay casos de
pastores o líderes espirituales que privan de levitas, en condiciones que
tienen un trabajo material paralelo, tienen herencia material, tienen TV Cable
(con canales HD y canal de fútbol), el último Smartphone de moda, etc. Eso no
es serio y quita valor al testimonio público de Cristo.
También existe otra deformación actual al modelo
bíblico, en que hay pastores que viven muy cerca de la miseria material y se
les obliga (o auto-obligan) a ejercer como único líder de la congregación. La
Biblia es clara que la dirección espiritual de una congregación debía ejercerse
por un concilio de ancianos (presbíteros/presbiterio, “Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos,
los encomendaron al Señor en quien habían creído”, Hch 14:23). El apóstol
Pablo nos provee un interesante ejemplo a seguir: él, siendo líder de la
iglesia, tenía un trabajo material, del cual se sustentaba materialmente, y con
ello se evitaba ser carga material para la iglesia.
“Después de
estas cosas, Pablo salió de Atenas y fue a Corinto.
Y halló a un judío
llamado Aquila, natural del Ponto, recién venido de Italia con Priscila su
mujer, por cuanto Claudio había mandado que todos los judíos saliesen de Roma.
Fue a ellos,
y como era del mismo
oficio, se quedó con ellos, y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era
hacer tiendas” (Hch 18:1-3)
“Ni plata ni
oro ni vestido de nadie he codiciado.
Antes vosotros sabéis
que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas
manos me han servido.
En todo os he enseñado
que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras
del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir” (Hch 20:33-35)
¿Qué principio podemos sacar de acá?. Que, dado que
el liderazgo espiritual se ejerce por un conjunto de ancianos (ordenanza
bíblica), eso permite que cada uno de
ellos pueda tener un trabajo material (el ejemplo de Pablo) y con ello
se logra que dejen de ser carga material de la membresía y no consuman
innecesariamente recursos que son vitales para la población vulnerable. Si así
y todo, uno de ellos no puede sostenerse materialmente (por ejemplo cesantía
laboral), no lo inhabilita de ser parte del presbiterio y pasa automáticamente,
ya sea temporalmente o de forma permanente, a ser parte de la población
vulnerable, y por ende, con derecho legal de participar de los diezmos,
primicias y ofrendas (aunque se privilegia el derecho de los hijos para su
sustento). Pero el énfasis debe ser que la dirección nunca sea ejercida
por un solo hermano, sino siguiendo el modelo bíblico de concilio de ancianos.
Dios te bendiga, querido reader.
Sólo Dios sea glorificado.