10.09.2005

CRISTIANISMO v/s HUMANISMO

Mensaje: Jn c.10, vs.10

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abubdancia”.

En este breve ensayo bíblico se presentarán ambas posturas y se hará una crítica al mal llamado Humanismo Cristiano.

Desarrollo.

Claramente, la base y centro del cristianismo es la persona de Cristo. Sus enseñanzas, su obra y su palabra son el corazón mismo del cristianismo y éstas definen su origen, su sentido y magnifican su trascendencia. Usted puede ver la declaración de principios del cristianismo leyendo el llamado Sermón del Monte (Mt css.5-7).

Si su pregunta es: “¿Cuál es el énfasis o la voluntad o la prioridad en el Evangelio?”, la respuesta la puede encontrar en los siguientes pasajes:

Lc c.24, vss.46-47: “y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén”.
2 P c.3, vs.9: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”.

Poniendo las cosas de esta manera, se puede ver claramente que el énfasis del cristianismo es glorificar a Dios, obedeciendo su voluntad de predicar al Señor para arrepentimiento de pecados; además, es Dios mismo el centro del discurso cristiano. Incluso, aunque somos creación de Dios, Dios sigue siendo la prioridad en la historia del hombre. Además, usted debe entender que no fuimos hechos para nosotros, sino para Dios (Pr c.16, vs.4), por lo que el hombre es secundario aún en su propia historia. Dios no creó a Adán porque necesitaba crearlo, sino porque quizo crearlo, y lo hizo para que el hombre le obedeciera y lo glorificara. La única cosa que el hombre puede hacer para con Dios es obedecerle y glorificarle; no puede enseñarle ni aconsejarle nada (Pr c.21, vs.30), no puede defenderle (Job c.40, vss.9-14), no puede enriquecerle (1 R c.8, vs.27), no puede darle vida (Jn c.10, vs.17), no puede juzgarle (Job c.40, vs.8), etc.

Cuando Jesús estuvo caminando como hombre en la tierra, como modelo a seguir, decidió ser obediente a Dios y buscó hacer siempre su voluntad. Nunca pecó, entendiendo ésto como que nunca desobedeció a Dios. De esta manera, le enseñó a los hombres que la voluntad de Dios para con la humanidad es que ésta se someta completamente a Dios y a sus órdenes (mandamientos, Palabra, etc). Esto pone las cosas en perspectiva: primero Jehová, segundo Jesús y tercero el Espíritu Santo (primero, segundo y tercero Dios). El hombre sólo puede aspirar a aparecer en un cuarto lugar y le es permitido estar ahí sólo para glorificar a Dios.

Contraria a toda esta idea teocéntrica es que aparece el humanismo.

Como usted puede ver, la raíz de la palabra humanismo es el hombre, y esto define inmediatamente la postura humanista.

Probablemente usted se estará preguntando si existe agún pasaje bíblico que revele el corazón del humanismo. Afortunadamente, si existe. Lea lo siguiente:

Ge c.3, vs.4-5: "Entonces la serpiente dijo a la mujer : No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comais de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal”.
Mt c.23, vs.2-7: “En la cátedra de Moises se sientan los escirbas y los fariseos. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; más no hagai conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen. Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas. Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Pues ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos; y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí”.

Si usted se fija, de acuerdo con el pasaje de Génesis, la base principal del humanismo es satanismo. Observe que la oferta del diablo para con la Eva se componía de: (1) desobedecer la ley de Dios, (2) buscar su propio camino, que en realidad era un camino establecido por el diablo y (3) ser uno mismo Dios.

La oferta del diablo apelaba a la autoadoración. Apelaba a que el hombre pudiera decir: “yo soy suficiente para hacerme a mi mismo un dios”, “yo tengo las soluciones a mis problemas”, “yo puedo crear mi propio camino”, “yo y Dios podemos ser iguales”.

Todo lo anterior es la base del manifiesto humanista, por lo que el humanismo busca glorificar al hombre y es una filosofía homocéntrica por definición. Dios es irrelevante en la teoría humanista. El cristianismo y el humanismo son irreconciliables.

Un claro ejemplo bíblico del humanismo lo encontramos en la parábola del fariseo y el publicano (Lc c.18, vss.11-14). Cuando en el texto se lee “oraba consigo mismo”, la escritura original se puede traducir de mejor manera como “oraba a sí mismo”, e inmediatamente se lee “DIOS”. Es esa la idea que el fariseo tenía de si mismo: se creía Dios; por lo que en el relato él mismo se juzgó y perdonó. Más que el desprecio que sentía por los demás hombres y el alto concepto que tenía de sí mismo, su gran pecado fue igualarse con el Creador, lo que es orgullo y finalmente idolatría, algo fuertemente condenado en TODA la escritura. Por eso Jesús finaliza el pasaje diciendo que el publicano regresó justificado antes que el fariseo, lo cual es un sarcasmo, porque lo que Jesús realmente quería decir es que el fariseo NUNCA regresó justificado (ante Dios).

¿Cuál es la respuesta de Jesús al humanismo?. Esto lo encontramos en Lc c.17, vss.7-10: “¿Quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta ganado, al volver él del campo, luego le dice: Pasa, siéntate a la mesa?, ¿no le dice más bien: Prepárame la cena, cíñete, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y después de esto, come y bebe tú?, ¿acaso da gracias al siervo porque hizo lo que se le había mandado?. Pienso que no. Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos”.

Dios quiere hacernos entender una cosa muy importante: el hombre no tiene un valor intrínseco, i.e., el hombre no vale nada en sí mismo. El hombre vale algo en la medida que Dios lo valorice. Por eso que en la Biblia se enseña de que el que se enaltece será humillado y viceversa.

Con todo lo dicho anteriormente, es que se pueden entender de una manera un poco más amplia los siguientes pasajes:

Mt c.7, vss.21-23: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?. Y entonces le declararé: Nunca os conocí; apartaos de mi, hacedores de maldad”.
Mt c.22, vss.11-13: “Y entró el rey para ver a los convidados, y vió allí a un hombre que no estaba vestido de boda. Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda?. Mas él enmudeció. Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes”.

Hay muchos “hermanos” que hacen un montón de “cosas buenas”, pero jamás han hecho la voluntad de Dios. Son tan iguales a los verdaderos cristianos, que no se pueden distinguir con facilidad. Profetizan, echan fuera demonios, construyen templos, oran, etc, pero lo hacen todo a su manera y nunca a la manera de Dios. Incluso pueden entrar “colados” a una fiesta de bodas, pero el festejado, Dios, sabe la diferencia.

¿Cuál es el gran problema de los cristianos con el humanismo?.

Existe en la actualidad una gran influencia del humanismo en nuestras congregaciones. En muchas predicaciones se puede escuchar el discurso humanista, centrando el Evangelio en el hombre. Frases como: “venga a Cristo y sus problemas económicos serán solucionados”, o “venga a Jesús y el tumor que tienes desaparecerá” o que “la voluntad de Dios es que seas prosperado materialmente”.

Yo jamás he estado en contra de la prosperidad material, pero la entiendo como una simple añadidura cuando antes he buscado primero el Reino de Dios y su Justicia.

Si usted lee con atención el discurso protestante actual, se dará cuenta de que mucha de la oferta publicada no prioriza a Dios, sino al hombre. Buscamos, en primer lugar, el bienestar material y físico del hombre. Se ofrecen cruzadas de sanidad y milagros físicos. Se ora por la paz definitiva en el planeta, casi como orando para que el diablo se vaya. Las cadenas de televisión cristiana se han transformado en megaempresas que buscan principalmente ¡¡hacer obra social!!: cursos de capacitación, talleres de danza, programas del tipo ayuda-a-un-hermano, casas de acogida, etc. Yo no digo que eso esté mal, pero lamento profundamente que del 100% de la oferta protestante, menos del 5% promociona a Jesús como Señor y Salvador de la humanidad.

Usted debe entender de que, para Dios, las obras que usted hace son secundarias, y sabe porqué, ¡¡porque Él las hace en usted!!. Fíjese en Heb c.13, vss.20-21. Cuando usted llegue a la presencia de Dios para ser juzgado, usted no puede apelar a lo que “hacía para Dios”. La única cosa que interesará ahí es si usted aceptó a Jesús como su Señor y Salvador y si se mantuvo, con la ayuda de Dios, en el camino del Evangelio. Lo demás no aportará nada a su favor. Aunque usted y yo lo hayamos hecho todo, somos siervos inútiles. Aún este blog, si usted se motiva a aceptar a Dios por algo que usted lee acá, yo no puedo apelar a mi favor por el post que escribí.

Si usted va a un restaurant y le ofrecen 2 menús, A y B, y el menú A es muy apetitoso y barato, pero el B es mas bien repulsivo y caro, obviamente usted se inclinará por el menú A. Con el actual cristianismo ocurre algo similar: ofrecemos a un Jesús sanador, pagador de deudas, esposo de viudas, rehabilitador de drogadictos, solucionador de problemas matrimoniales, etc, y la única clausula que ponemos es que tiene que permanecer en la iglesia. ¿Se fija?. Y, claro, la gente, al escuchar esa agradable música, se agolpa por participar. Pero cuando predicamos que la oferta de Jesús es salvación y vida eterna y que, en segundo lugar, por añadidura, Jesús podría darte (o quizás no) un buen pasar material y que para llegar al cielo debes amarlo más que a tus padres, más que a tu trabajo material, más que a tus hermanos, más que a tí mismo, de que debes tomar tu cruz, negarte a ti mismo y a tus deseos y placeres y morir para el mundo, y que además, por el sólo hecho de aceptar a Jesús como tu Salvador, serás perseguido y odiado por el mundo, entonces la gente sale volando de nuestras congregaciones.

Lo peor no es eso, lo peor ocurrirá cuando se nos pregunte en el cielo: ¿y tú?, y empecemos a decir cosas como: “a no, yo prediqué, yo fui a los ensayos de coro, yo hice muchos milagros, yo sané a muchos endemoniados, yo profeticé, yo era pastor, yo dirigía un ministerio radial, etc, etc, etc”, y escuchemos el lapidario: “apartaos de mi, nunca os conocí hacedores de maldad”. ¿Sabe por qué podrían decirnos eso?, porque en realidad, en esta vida, nunca aceptamos a Jesús, siempre hicimos un Evangelio a nuestra medida, muy fácil de llevar, muy cargado de humanismo y, aunque parezca contradictorio, un Evangelio satánico. Por eso Pablo advierte en 2 Co c.11, vss. 3-4 y Ga c.1, vss. 6-9, que hay que tener cuidado con recibir otro Evangelio.

El “cristiano-humanista” ama tanto las cosas que tiene, que cuando le empiece Dios a pedir su trabajo, la vida de su madre, la de su hijo, su salud, etc, él no podrá hacerlo y se apartará de Dios. Lea Mr c.10, vss.17-22. Fíjese que cuando Jesús le pide las riquezas al hombre rico, éste se va muy triste. Ahora usted ya sabe porqué: porque en realidad quería seguir a Jesús a su manera, a la manera humanista, a la manera del diablo.

Déjeme finalizar con una breve historia: usted sale a comprar pan al kiosko. En el camino lo asaltan y le entierran un cuchillo en su estómago. El cuchillo queda clavado. Usted se está desangrando y muriendo. Pasa alguien y le ofrece comprarle un tour por Miami, comprarle una casa nueva y rehabilitar a sus hijos de las drogas. ¿Ve la contradicción?. Usted necesita VIDA.

Lo mismo ocurre en el mundo. Ellos se están muriendo espiritualmente y van los neo-protestantes a ofrecerles cosas materiales. ¿Ve la contradicción en el discurso?. Lo que ellos necesitan es un Salvador, no una casa nueva. Ellos necesitan vida eterna. Y es eso lo que debemos predicar: a Jesús.

Querido reader, la venida de Jesús está a las puertas. Le aconsejo que acepte a Jesús como su Señor y Salvador antes de que tenga que llegar a su presencia y rendir una estrechísima cuenta de las cosas que usted ha hecho acá en vida. Que Dios le bendiga.

4 comentarios:

jorge_valle56 dijo...

hermano, esta excelente tu articulo, en lo personal, en la iglesia que estaba antes ahora solo de eso hablan Humanismo cristiano, incluso se han metido a la apolitica y han dejado a Jesus de un lado.. y eso me da asco.. te quiero compartir, este documento, Volvamos a la cruz

Alexis Hernandez Miranda dijo...

...mi hermano...gracias por tus palabras....

...el video creo que lo he visto como 5 veces....es tremendo el mensaje....

....al final de eso se trata: volver a la cruz....volver a Cristo....

....te bendigo en el nombre del Señor...

Anónimo dijo...

lo que yo queria, gracias

Anónimo dijo...

Varón, doy gracias a Dios y gloria, cuando alguien sea cristiano o no le dan la gloria a Dios. Me gozo del agradecimieto que tu revela hacia a Dios. Pero hay algo que me duele cuando un creyente dice; "te bendigo". cuando debieramos decir "Dios te bendiga". Pues las bendiciones provienen de Dios y no de los hombres, Dios es una fuente inagotable de bendiciones y nosotros (los hombres) somos instrumentos o vehículos de bendición por parte de Dios. Aunque se nota la honestidad y el sincero respeto a Dios que demuestras y en que te espresa y quieres decir que Dios le bendiga, pero es peligroso esa frase de "te bendigo... te bendecimos ... etc" pq se puede convertir en una frase humanista de quitar a Dios y ponerme yo. Pues es Dios quien bendice y no yo. Varón espero en el amor de Dios me perdones si con esto ofendo pero no es mi intención, mi fin es la preocupación de no darle a Dios la gloria y solo la gloria a Quien así lo merece, nuestro Gran DIOS. Dtb.