4.21.2013

ACERCA DE DIEZMOS, PRIMICIAS Y OFRENDAS



ACERCA DE LA LLAMADA “REGLA DE ORO”: EL DIOS DE LA BIBLIA ES UN DIOS LEGAL.

Jesús, en su sabiduría infinita, resume toda la ley y los juicios bajo 2 leyes (Mt 22:36-40):

Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?
Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
Este es el primero y grande mandamiento.
Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas

Esto quiere decir que todas las leyes particulares (leyes para la guerra, leyes para los esclavos, leyes para las ofrendas, etc) DEBEN ser armónicas con esta Ley General. De lo contrario, el propio Jesús las califica como mandamientos de hombre (“Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres”, Mt 15:9) o doctrina de demonios (“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonio”, 1 Tim 4:1). Y son así porque no son armónicas con la Biblia (contradicen la Ley General).

SOBRE EL MODELO ORIGINAL.

Considerando el libro de Génesis, css. 1 y 2, vemos que Dios suministra 2 tipos de recursos: (1) el espiritual, en la figura del Árbol de la Vida, es decir, Jesucristo, y (2) recursos materiales, como alimento, abrigo, espacio físico, etc. Considere la siguiente imagen:



Si en ese esquema hubiese aparecido otro ser humano, se le hubiera garantizado el mismo perfil de recursos, el espiritual y el material. Considere la siguiente imagen:



Con esto en mente, ¿cuál es el principio que debemos rescatar para nuestros días?. Que a la familia de la fe, a los creyentes hijos del Señor, se les debe garantizar el mismo perfil de recursos; no sólo lo espiritual (“No digas a tu prójimo: Anda, y vuelve, Y mañana te daré, Cuando tienes contigo qué darle”, Pr 3:28) o no sólo lo material (“Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”, Mt 4:4), sino ambos.

DEFORMACIÓN DEL MODELO ORIGINAL PRODUCTO DE LA CAÍDA DE ADÁN Y EVA.

En Génesis c.3 se presenta la caída de Adán y Eva y las consecuencias de ello. Lo fundamental (y terrible) es que se elimina el suministro del recurso espiritual (“Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre”, Ge 3:22), por lo que el hombre muere espiritualmente. Sin embargo, es interesante notar que el recurso material seguía garantizado, seguía abundante, aunque afectado por el pecado.

DEFORMACIÓN DEL MODELO ORIGINAL PRODUCTO DEL PECADO DE CAÍN.

En Génesis c.4 se presenta el pecado de Caín. Una consecuencia clave de dicho pecado fue la aparición de una notable ineficiencia de los recursos materiales (“Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza”, Ge 4:12). El recurso material deja de ser virtualmente infinito y la depredación humana (como expresión del egoísmo) comienza a hacerse notar.

A partir de los pecados de Adán, Eva y Caín comienza a aparecer un fenómeno nuevo para esos tiempos: la aparición de enfermos, ancianos, huérfanos, viudas y extranjeros (población vulnerable). A dicha población le sucedía algo fatal: no podían valerse por sí mismos; no podían labrar la tierra, no podían defenderse por sí mismos en una guerra, incluso a veces no podían siquiera desplazarse de un lugar a otro. Y este nuevo fenómeno sucedía igual para todos, ya sea en el pueblo de Israel como en los pueblos paganos. Eso se establece en el siguiente pasaje (“Todo acontece de la misma manera a todos; un mismo suceso ocurre al justo y al impío; al bueno, al limpio y al no limpio; al que sacrifica, y al que no sacrifica; como al bueno, así al que peca; al que jura, como al que teme el juramento”, Ec 9:2).

¿Cómo resuelve Dios la provisión de recursos espirituales y materiales para este nuevo grupo de personas, al mismo tiempo que es armónico con la Ley General?.


LA LEY DE LA SOBREABUNANCIA.

Considere la siguiente figura:



Si se da cuenta, el hermano A sembraba y cosechaba X, lo que suplía sus necesidades. A los hermanos B y C le sucedía lo mismo. Sin embargo, debido a la ineficiencia de la tierra (pecado de Caín), se hacía escaso el recurso material X, Y y Z, por lo que sucedía una crisis: no habían más recursos materiales para la población vulnerable.

Consciente de la Ley del Pastor (“Jehová es mi pastor; nada me faltará”, Sal 23:1) y consciente que esta población vulnerable no puede autoabastecerse debido a que físicamente no puede producir recursos materiales, Dios introduce un milagro: A, B y C cosecharán más de lo que sembraron. Fue lo que sucedió en el milagro de la multiplicación (Mateo 14:13-21, link) y lo que es establecido como ley en este pasaje (“Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos”, Ef 3:20). El ejercicio ahora para A, B y C era detectar que con X, Y y Z suplían sobradamente sus necesidades, por lo que la cosecha extra (a, b, y, c; siguiente figura) no era para ellos.



LEYES QUE INDICAN QUE NO TODO LO QUE TENGO ES MÍO.

Levítico 19:9-10
Cuando siegues la mies de tu tierra, no segarás hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu tierra segada.
Y no rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto caído de tu viña; para el pobre y para el extranjero lo dejarás. Yo Jehová vuestro Dios

Deuteronomio 24:17-22
"No torcerás el derecho del extranjero ni del huérfano, ni tomarás en prenda la ropa de la viuda,
sino que te acordarás que fuiste siervo en Egipto, y que de allí te rescató Jehová tu Dios; por tanto, yo te mando que hagas esto.
Cuando siegues tu mies en tu campo, y olvides alguna gavilla en el campo, no volverás para recogerla; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda; para que te bendiga Jehová tu Dios en toda obra de tus manos.
Cuando sacudas tus olivos, no recorrerás las ramas que hayas dejado tras de ti; serán para el extranjero, para el huérfano y para la viuda.
Cuando vendimies tu viña, no rebuscarás tras de ti; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda.
Y acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto; por tanto, yo te mando que hagas esto"

Estos pasajes establecen 2 cosas: (1) que a pesar de que alguien podría haber sembrado toda la tierra, y con ello tener un virtual derecho exclusivo sobre toda la siega, (2) se introduce un derecho legal para la población vulnerable sobre parte de esa siega, que asegura su mantención material gratuita.


LEYES QUE PROHIBEN ACUMULAR MÁS ALLÁ DE LA NECESIDAD PROPIA.

Deuteronomio 17:16-20
Pero él no aumentará para sí caballos, ni hará volver al pueblo a Egipto con el fin de aumentar caballos; porque Jehová os ha dicho: No volváis nunca por este camino.
Ni tomará para sí muchas mujeres, para que su corazón no se desvíe; ni plata ni oro amontonará para sí en abundancia

Acá la ley anticipa y regula una situación de codicia y avaricia y resalta el hecho de que las posesiones materiales están para satisfacer las necesidades materiales.

Lucas 12:126-21
También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho.
Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos?
Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes;
y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate.
Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?
Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios

Acá la frase “no es rico para con Dios” parece contradictoria, en el sentido de que Dios es dueño de todo. Jesús lo pone en contexto, haciéndonos entender que “rico para con Él” equivale a atender las necesidades de los más desvalidos: “Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber?, ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos?, ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?. Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mt 25:37-40)

Éxodo 16:16-21
Esto es lo que Jehová ha mandado: Recoged de él cada uno según lo que pudiere comer; un gomer por cabeza, conforme al número de vuestras personas, tomaréis cada uno para los que están en su tienda.
Y los hijos de Israel lo hicieron así; y recogieron unos más, otros menos;
y lo medían por gomer, y no sobró al que había recogido mucho, ni faltó al que había recogido poco; cada uno recogió conforme a lo que había de comer.
Y les dijo Moisés: Ninguno deje nada de ello para mañana

Acá el principio legal es que la provisión de Dios está destinada a cubrir la medida de nuestra necesidad (“cada uno recogió conforme a lo que había de comer”), por lo que tomar más allá de eso no resuelve nada y sólo se pudría (“Mas ellos no obedecieron a Moisés, sino que algunos dejaron de ello para otro día, y crió gusanos, y hedió”, v.20)

Con lo anterior, A, B y C (figuras anteriores) estaban obligados por ley a redistribuir esta riqueza adicional.

Sí, ¿pero qué esquema bíblico se usará para redistribuir esta riqueza?.


ESQUEMA BÍBLICO PARA LA REDISTRIBUCIÓN DE RECURSOS MATERIALES PARA LA POBLACIÓN VULNERABLE.

El siguiente pasaje nos indica claramente el principio que debe operar al momento de redistribuir la riqueza entre los hermanos.

Deuteronomio 26 (acerca de primicias y diezmos)

"Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da por herencia, y tomes posesión de ella y la habites,
entonces tomarás de las primicias de todos los frutos que sacares de la tierra que Jehová tu Dios te da, y las pondrás en una canasta, e irás al lugar que Jehová tu Dios escogiere para hacer habitar allí su nombre.
Y te presentarás al sacerdote que hubiere en aquellos días, y le dirás: Declaro hoy a Jehová tu Dios, que he entrado en la tierra que juró Jehová a nuestros padres que nos daría.
Y el sacerdote tomará la canasta de tu mano, y la pondrá delante del altar de Jehová tu Dios.
Entonces hablarás y dirás delante de Jehová tu Dios: Un arameo a punto de perecer fue mi padre, el cual descendió a Egipto y habitó allí con pocos hombres, y allí creció y llegó a ser una nación grande, fuerte y numerosa;
y los egipcios nos maltrataron y nos afligieron, y pusieron sobre nosotros dura servidumbre.
Y clamamos a Jehová el Dios de nuestros padres; y Jehová oyó nuestra voz, y vio nuestra aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión;
y Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, con grande espanto, y con señales y con milagros;
y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra, tierra que fluye leche y miel.
Y ahora, he aquí he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Jehová. Y lo dejarás delante de Jehová tu Dios, y adorarás delante de Jehová tu Dios.
Y te alegrarás en todo el bien que Jehová tu Dios te haya dado a ti y a tu casa, así tú como el levita y el extranjero que está en medio de ti.
Cuando acabes de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda; y comerán en tus aldeas, y se saciarán.
Y dirás delante de Jehová tu Dios: He sacado lo consagrado de mi casa, y también lo he dado al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, conforme a todo lo que me has mandado; no he transgredido tus mandamientos, ni me he olvidado de ellos.
No he comido de ello en mi luto, ni he gastado de ello estando yo inmundo, ni de ello he ofrecido a los muertos; he obedecido a la voz de Jehová mi Dios, he hecho conforme a todo lo que me has mandado.
Mira desde tu morada santa, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel, y a la tierra que nos has dado, como juraste a nuestros padres, tierra que fluye leche y miel.
Jehová tu Dios te manda hoy que cumplas estos estatutos y decretos; cuida, pues, de ponerlos por obra con todo tu corazón y con toda tu alma.
Has declarado solemnemente hoy que Jehová es tu Dios, y que andarás en sus caminos, y guardarás sus estatutos, sus mandamientos y sus decretos, y que escucharás su voz.
Y Jehová ha declarado hoy que tú eres pueblo suyo, de su exclusiva posesión, como te lo ha prometido, para que guardes todos sus mandamientos;
a fin de exaltarte sobre todas las naciones que hizo, para loor y fama y gloria, y para que seas un pueblo santo a Jehová tu Dios, como él ha dicho"

El pasaje muestra una parte de la población que pertenecía a la población no vulnerable (sector productivo si se quiere, vss.1 y 2), los cuales, obligados por ley a hacer partícipe de sus ganancias a los más vulnerables, canalizaban estos recursos a través de la capa sacerdotal (v.3). Bajo ese esquema, el sacerdote actuaba como receptor y administrador de esta gracia, participando también de ella (consumo propio), y haciendo participar también a la población más vulnerable (v.12): “Cuando acabes de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda; y comerán en tus aldeas, y se saciarán”.

Este es el principio bíblico del diezmo: fue creado tanto para corregir el defecto material del pecado, garantizando cobertura material a todos, y para hacer cumplir la ley espiritual acerca del amor al prójimo. Ejercido de esta manera, el diezmo es armónico con la Ley General (“regla de oro”), y por ende es armónico con el modelo establecido por Dios en Génesis. La provisión espiritual para los más vulnerables estaba garantizada por Ley por el ejercicio sacerdotal (“Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su boca el pueblo buscará la ley; porque mensajero es de Jehová de los ejércitos”, Mal 2:7).


CRÍTICA AL USO Y ABUSO DEL PASAJE DE MALAQUÍAS c.3 COMO PRETEXTO PARA ESTABLECER EL DIEZMO COMO SUSTENTO MATERIAL EXCLUSIVO PARA PASTORES O LÍDERES ESPIRITUALES.
Este es el pasaje en controversia:

Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.
Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos?
¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.
Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.
Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.
Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos” (Mal 3:6-12)

Este pasaje ha de entenderse en el contexto de todo lo que se ha presentado anteriormente. El v.10 (“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa”) es particularmente vinculante con Deuteronomio 26:12 (“darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda; y comerán en tus aldeas, y se saciarán”). En ese contexto, el reproche de parte de Dios tiene las siguientes bases:

-       Se había desamparado a la población vulnerable: “Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran mentira, y los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, y los que hacen injusticia al extranjero, no teniendo temor de mí, dice Jehová de los ejércitos” (Mal 3:5).
-       La capa sacerdotal no estaba ejerciendo apropiadamente su oficio ministerial, tanto el espiritual como el material, en particular acerca de la redistribución de la riqueza: “Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice Jehová de los ejércitos” (Mal 2:8), “Habéis hecho cansar a Jehová con vuestras palabras. Y decís: ¿En qué le hemos cansado? En que decís: Cualquiera que hace mal agrada a Jehová, y en los tales se complace; o si no, ¿dónde está el Dios de justicia?” (Mal 2:17)

Además de esto, Malaquías c.3 tiene un interesante paralelo con Isaías c.58. Por favor revise la siguiente comparación:

MALAQUÍAS
ISAÍAS
CAPÍTULO
VERSÍCULOS
CONTENIDO
CAPÍTULO
VERSÍCULOS
CONTENIDO
3
1 --> 5
Preparación de un instrumento de reforma, por cuanto se había violado la ley
58
1 --> 2
Preparación de un instrumento de reforma, por cuanto se había violado la ley
3
6 --> 9
Identificación de la desprovisión de la población vulnerable
58
6 --> 7
Acción correctora de provisión para los más vulnerables
3
10 --> 12
Bendiciones si se corrige la situación denunciada
58
8 --> 12
Bendiciones si se corrige la situación denunciada

Como podrá ver, el énfasis de Malaquías no es “diezmo para los pastores”, sino “recolección de diezmos, ofrendas y primicias para el sustento material de la población vulnerable”. Esta recolección si es armónica con el pasaje de Deuteronomio c.26, en el entendido de que Dios estableció un administrador (el cuerpo sacerdotal, mismos que son miembros de la propia población vulnerable), y estos administradores redistribuyen (administran) lo recolectado de modo apropiado según las necesidades de cada miembro de la población vulnerable, tal como lo recordamos del pasaje de Éxodo (“y recogieron unos más, otros menos; y lo medían por gomer, y no sobró al que había recogido mucho, ni faltó al que había recogido poco; cada uno recogió conforme a lo que había de comer”, Ex 16:17-18).

LEYES QUE ESTABLECEN PRIORIDADES AL MOMENTO DE DISTRIBUIR LA RIQUEZA PROPIA.

Ley general de distribución: “porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo” (1 Timoteo 5:8).

Acá el principio, en clave de advertencia, establece que el que produce debe cubrir las necesidades de su círculo familiar más cercano. Esto es particularmente claro para los esposos (“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella”, Efesios 5:25) y para los hijos, en especial aquellos cuyos padres no pueden valerse por sí mismos (“Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da”, Deuteronomio 5:16).

En ese contexto, por ejemplo el sustento material de los pastores ancianos debe estar garantizado, no por la membresía que administran, sino por su familia inmediata, principalmente sus hijos.

Así, la distribución de riquezas tiene prioridades:

-       Para el que produce, primeramente su familia inmediata y posteriormente la familia de la fe, esto es, población vulnerable a través del sistema bíblico de re-distribución de la riqueza (Dt 26).

CONCLUSIONES Y COMENTARIOS.

Como se puede desprender de este documento, lo original en cuanto a la recolección, distribución y consumo de diezmos, ofrendas y primicias, tiene que ver con corregir el daño producido por el pecado, en 2 líneas generales: (1) aparición de población vulnerable y (2) escases de recursos materiales (ineficiencia de la tierra – depravación humana). Nada tiene que ver con “sueldo exclusivo de pastores o líderes espirituales”.

La Palabra de Dios otorga un derecho legal a la población vulnerable que garantiza su sustento material. En ese sentido, no atenderlos es técnicamente calificado como robar (Malaquías c.3), pues se estaría consumiendo algo que es de otro. Para lograr esto, Dios, de un modo totalmente milagroso y como parte de su gracia, distribuye en la población no-vulnerable un excedente de recursos (más allá de su necesidad propia), los cuales deben canalizar para su re-distribución a la población vulnerable. Cuando eso sucede es que Jesús dice lo siguiente: “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”, Mt 25:40, y es recibido por Dios como una ofrenda y un sacrificio agradable.

CRÍTICA AL MODELO UNIPASTORAL: LOS PASTORES NO SON UNA VERSIÓN MODERNA DE LOS LEVITAS.

Los levitas eran una parte del pueblo de Israel que ministraba en el templo a favor del pueblo, bajo dos líneas generales: (1) ministraban lo espiritual (sacrificios de expiación, recibían y transmitían la ley, etc), y (2) lo material, por ejemplo la administración y atención de la población vulnerable.

Debido a su particular servicio, Dios les suprimió un derecho legal de heredar la tierra (“Y Jehová dijo a Aarón: De la tierra de ellos no tendrás heredad, ni entre ellos tendrás parte. Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel”, Nm 18:20) y se estableció además que la población no-vulnerable debía mantenerlos materialmente, a la par del el resto de la población vulnerable. Si un pastor o líder moderno quiere arrojarse este “derecho levita”, entonces debiera también reclamar todo el derecho levita, renunciando íntegramente también a la herencia de la tierra. Lo que vemos hoy en día es que hay casos de pastores o líderes espirituales que privan de levitas, en condiciones que tienen un trabajo material paralelo, tienen herencia material, tienen TV Cable (con canales HD y canal de fútbol), el último Smartphone de moda, etc. Eso no es serio y quita valor al testimonio público de Cristo.

También existe otra deformación actual al modelo bíblico, en que hay pastores que viven muy cerca de la miseria material y se les obliga (o auto-obligan) a ejercer como único líder de la congregación. La Biblia es clara que la dirección espiritual de una congregación debía ejercerse por un concilio de ancianos (presbíteros/presbiterio, “Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído”, Hch 14:23). El apóstol Pablo nos provee un interesante ejemplo a seguir: él, siendo líder de la iglesia, tenía un trabajo material, del cual se sustentaba materialmente, y con ello se evitaba ser carga material para la iglesia.

Después de estas cosas, Pablo salió de Atenas y fue a Corinto.
Y halló a un judío llamado Aquila, natural del Ponto, recién venido de Italia con Priscila su mujer, por cuanto Claudio había mandado que todos los judíos saliesen de Roma. Fue a ellos,
y como era del mismo oficio, se quedó con ellos, y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas” (Hch 18:1-3)

Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado.
Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido.
En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir” (Hch 20:33-35)

¿Qué principio podemos sacar de acá?. Que, dado que el liderazgo espiritual se ejerce por un conjunto de ancianos (ordenanza bíblica), eso permite que cada uno de ellos pueda tener un trabajo material (el ejemplo de Pablo) y con ello se logra que dejen de ser carga material de la membresía y no consuman innecesariamente recursos que son vitales para la población vulnerable. Si así y todo, uno de ellos no puede sostenerse materialmente (por ejemplo cesantía laboral), no lo inhabilita de ser parte del presbiterio y pasa automáticamente, ya sea temporalmente o de forma permanente, a ser parte de la población vulnerable, y por ende, con derecho legal de participar de los diezmos, primicias y ofrendas (aunque se privilegia el derecho de los hijos para su sustento). Pero el énfasis debe ser que la dirección nunca sea ejercida por un solo hermano, sino siguiendo el modelo bíblico de concilio de ancianos.

Dios te bendiga, querido reader.

Sólo Dios sea glorificado.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Nоrmalmentе es complicado leer textos coherentemente
eхpuestos, por llo tanto me alegгo de feliitar all autor.Sigue as�
;)

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Unknown dijo...

Honrado de leer esto.

RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS dijo...

fue muy claro