10.12.2009

8vo Estudio Biblico Familiar

...querido reader....comparto con usted los audios del 8vo Estudio Bíblico Familiar, en donde revisamos aspectos de la confesión de pecados y de la salvación....

....el siguiente es el resumen del estudio:

• Estuvimos revisando aspectos generales sobre la salvación (si se pierde o no, algunas condiciones para perderla, etc) y sobre lo que se debería entender bíblicamente por confesión de pecados.
• Con respecto a la salvación concordamos (y nos pareció que es lo más apegado a las Escrituras) en que la salvación efectivamente se puede perder. Un par de pasajes particularmente claros para entender ello son los siguientes:
o “Mas si el justo se apartare de su justicia y cometiere maldad, e hiciere conforme a todas las abominaciones que el impío hizo, ¿vivirá él? Ninguna de las justicias que hizo le serán tenidas en cuenta; por su rebelión con que prevaricó, y por el pecado que cometió, por ello morirá” (Ez 18:24)
o “El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden” (Jn 15:6)
• Con respecto a la confesión de pecados, revisamos que este es un proceso espiritual más bien complejo en que uno no toma directamente parte hasta que a uno le corresponda “entregar” el pecado en cuestión. A manera de explicación, consideren el siguiente diagrama:




o El diagrama comienza con la revelación del “pecado residual” en un creyente: “Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí” (Ro 7:21).
o En este punto el Espíritu Santo realiza una labor de escudriñar (juzgar) el estado del corazón del creyente con la perspectiva de que se cumpla la voluntad de Dios (nuestra santificación – “pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación”, 1 Tes 4:3).
o Para ello, se presenta frente a Dios con el objeto de interceder a favor del creyente (acá “a favor” quiere decir abrogar “para su santificación”, en el sentido de que el o los pecados detectados sean corregidos, i.e., que en esta área de la vida del cristiano Dios sea el Rey y el Señor).
o En este proceso de intercesión, Dios y su Espíritu sostienen una interesante conversación (“¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: !!Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!”, Ro 10:14-15). Producto de esta conversación es que el Espíritu es enviado al creyente para convencerlo de pecado, i.e., convencerlo de al menos 3 cosas: (1) que el pecado detectado ha encendido la ira de Dios, por cuanto todo pecado es desobediencia a Dios, la cual debe pagarse con muerte (“Porque la paga del pecado es muerte”, Ro 6: 23 – “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” Ro 3: 23), (2) que el creyente efectivamente a cometido este pecado y (3) que el creyente ha querido positivamente cometer el pecado (esto lo vemos acá: “los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas”, Jn 3: 19).
o Es en este punto que el creyente queda expuesto a una decisión clave (“A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia”, Dt 30: 19).
o Si el creyente “elige la vida”, se cumple esta ley bíblica (“Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado”, Ro 10: 11). Acá se debe entender que de lo que se salva es de la ira de Dios (“y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera”, 1 Tes 1:10). El cumplimiento de esta ley se basa en la “Ley del Acuerdo”, según el siguiente pasaje (“Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos”, Mt 18:19).
o Si el creyente no elige la vida, queda expuesto a que se le aplique legalmente el siguiente castigo (“Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia”, 2 Tes 2:11-12).
o Este castigo está íntimamente vinculado con este mandamiento (“Y no emparentarás con ellas; no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo.Porque desviará a tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses ajenos; y el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros, y te destruirá pronto”, Dt 7:3-4). Es decir, la prevalencia de un área de rebeldía en la vida del creyente es un horrible foco de riesgo para que toda la vida termine contaminada y corrompida (léase muerta). Por eso, Jesús nos da esta solemne advertencia (“Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado”, Mr 9:43).
• Respecto de la confesión de pecados y arrepentimiento, Jesús no fue particularmente específico en el cómo. Sin embargo, la Biblia es clara en que debemos arrepentirnos de cosas que amamos pero que nos destruyen. Esto nos da una escena en donde los pecados son cosas que no repelemos de forma natural, sino que los amamos. La escena bíblica más clara que grafica este hecho aparece acá (Si alguno tuviere un hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere a la voz de su padre ni a la voz de su madre, y habiéndole castigado, no les obedeciere; entonces lo tomarán su padre y su madre, y lo sacarán ante los ancianos de su ciudad, y a la puerta del lugar donde viva; y dirán a los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece a nuestra voz; es glotón y borracho. Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán, y morirá; así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel oirá, y temerá”, Dt 21:18-21). Un breve análisis personal de este pasaje se puede revisar acá (http://saintcore.blogspot.com/2008/05/la-confesin-y-la-muerte-de-los-hijos.html). Es por ello que es tan difícil cumplir el mandamiento sobre negarse a sí mismo para seguir a Jesús, pues de lo que se trata es de hacer morir cosas que uno ama como a sí mismo. Así y todo, el mandamiento no será removido (“Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido”, Mt 5:18 – “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría”, Col 3:5).
• En el caso que el creyente “elija la vida”, Dios promete libertad (“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”, 1 Jn 1:9). Esta libertad está en la forma de “comprar un esclavo” y la persona ingresa a una relación de pacto (“Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”, 1 Co 6:20). Esto realmente quiere decir que uno ha perdido todos sus derechos individuales y se compromete a servir de por vida a un Señor infinitamente bondadoso (“Alabad a Jehová, porque él es bueno; Porque para siempre es su misericordia”, Sal 107:1) pero infinitamente celoso y terrible (“!!Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!”, Heb 10:31). Uno se compromete a renunciar a sus agendas personales y de someterse en estricta obediencia al nuevo Señor. Paralelamente, este nuevo Señor (Dios) se compromete en una relación de pacto a “bendecirme” en el sentido de “santificarme”. Es de esa manera en que se debe cumplir la promesa de Jesús (“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”, Mt 6:33).
• Agrego lo siguiente a lo de regiones de cautividad (rebelión) en la vida de un creyente. Cuando Dios detecta que el creyente ha consciente y voluntariamente tomado algo del “mundo” (un hábito, una creencia, una actitud, etc), la bendición y cobertura del Señor quedan vulnerados. La ley de Dios sobre este asunto está graficada en este pasaje (“Levántate, santifica al pueblo, y di: Santificaos para mañana; porque Jehová el Dios de Israel dice así: Anatema hay en medio de ti, Israel; no podrás hacer frente a tus enemigos, hasta que hayáis quitado el anatema de en medio de vosotros”, Jos 7:13). De esta manera, el éxito de un cristiano está estrechamente ligado a la obediencia que él manifieste a la revelación consciente de la voluntad de Dios en su vida, i.e., a que obedezca a lo que él sabe y debe obedecer.
• El concepto que quizás resuma todo lo anteriormente escrito es: UNA VIDA DE OBEDIENCIA A DIOS.

....en los próximos estudios, intentaremos aplicar las cosas que hemos aprendido en los 8 estudios pasados.....

...que el Señor le bendiga....

...para Dios es toda la honra, toda la gloria, todos los aplausos y todo el imperio por siempre....


PARTE 01



PARTE 02



PARTE 03



PARTE 04



PARTE 05



PARTE 06



PARTE 07



PARTE 08



PARTE 09



PARTE 10


PARTE 11


PARTE 12



PARTE 13



PARTE 14



PARTE 15

1 comentario:

Samuel dijo...

Hola Alex...
Estoy dando a conocer mi corporación, así que creé un blog y pronto tendremos pagina web, un abrazo... Bendiciones.